Quiero compartir una experiencia extraordinaria que he vivido en familia, si bien es cierto la pandemia ha cambió nuestros planes, las formas de relacionarnos, de divertirnos, de trabajar, en fin, creo a todos de alguna forma se nos han frustrado planes o actividades programadas. Sin embargo la pandemia también nos ha permitido explorar experiencias dentro de la familia que poco a poco habíamos perdido. Por ejemplo, hablar de cómo nos sentimos, encontrar nuestra identidad como familia, ver la manera de organizar las tareas de la casa, reconocer lo mejor de cada uno de la familia, buscar momentos de reconciliación y perdón, renovar la confianza, celebrar logros familiares y construir un proyecto de familia para salir fortalecidos de esta contingencia.

Llegó a mis manos el método realizado por el Centro de Investigación y Acción Social (CIAS) Jesuitas por la Paz “CAMINO A CASA, VOLVER AL CORAZÓN EN FAMILIA” Una serie de pasos para cuidar la salud emocional en esta pandemia, dicho método contiene diez temas que favorecen la comunicación, la construcción de acuerdos y la reconciliación familiar a través del diálogo, en el que todos participan desde los niños hasta los abuelos.

La dinámica es tan flexible que cada familia podrá adecuarla a su propia realidad según sus tiempos y sus espacios, en donde solo participan los que libremente así lo deciden, es una propuesta para todas las creencias y religiones apelando a recuperar la espiritualidad de cada familia.

“Consiste en generar espacios de diálogo circular en familia que permitan armonizar las relaciones al interior del hogar y el entorno. Se hace por medio del uso de la palabra de cada uno de los participantes, en un ambiente de silencio y de escucha atenta a los demás.   En estos círculos familiares se logran sanar las relaciones para mejorar la convivencia,  sus integrantes se ejercitan en la conversación, la celebración y la deliberación, para hacer sostenible el buen convivir.”

Los círculos familiares rehabilitan pilares de la convivencia familiar y que son fundamentales en esta contingencia recuperando la conversación en familia, encontrando sentidos de pertenencia, fomenta la deliberación como un ejercicio necesario para ponernos de acuerdo en el seno de la familia y nos anima a la celebración de logros familiares para renovar la confianza.

“Esta propuesta se basa en prácticas ancestrales del uso circular de la palabra en torno a una fogata o una comida para renovar el sentimiento de familia o comunidad. Se recupera el uso de la palabra para sanar las relaciones y se propone un camino de reconciliación. Podemos relacionar con estos círculos con las sobremesas en familia en torno a un café o las pláticas entre amigos que hacen abrir el corazón. Lo que se agrega es la construcción de una metodología de participación y la generación de un ambiente de empatía, confianza y libertad a través de ritos, para cuidar la palabra.”

Me permito compartir 5 grandes aprendizajes después de haber realizado las 10 sesiones del método en mi familia:

  1. Los círculos nos han permitido saber expresar, identificar y compartir Esto es mucho decir en una familia como la nuestra, donde hay 3 hijos varones, Mamá y Papá. Por primera vez muchos de nuestros sentimientos pudieron ser expresados en un ambiente de confianza. También pudimos manifestar nuestros afectos a los demás, reconociendo las cualidades del otro que jamás se habían mencionado.
  2. Hacer un discernimiento para saber qué nos aleja o acerca como familia, realizando un examen de conciencia de nuestros fallas y aciertos encontramos espacios para la reconciliación y el perdón; todos teníamos algo guardado por qué pedir perdón a un miembro de la familia, tal vez es de las experiencias más integradoras del círculo.
  3. Como diría el Papa Francisco “No hay familia perfecta vivimos idealizando una familia “perfecta” y nos damos cuenta que  somos tan comunes a muchas familias que viven las dificultades propias de la convivencia diaria. El método del CIAS  nos ayuda  descubrir aprendizajes en los eventos dolorosos y de gran dificultad y a ser resilientes.
  4. En una cultura machista como lo es la mexicana, involucrar a los varones en las tareas domésticas es todo un reto, el circulo también nos ayudó a sensibilizarnos sobre todo a los varones y a organizarnos para realizar tareas de casa y entender que vivimos en comunidad y que todos estamos obligados a contribuir y no solo las mujeres, en este caso la Mamá. Gran aprendizaje para mí y mis 3 hijos.
  5. Celebrar en familia. El círculo nos ayudó a reconocer los logros de cada uno de los integrantes de la familia, nos da sentido de orgullo y de pertenencia, fortalece la identidad,  los vínculos y los acuerdos pero sobre todo renovamos la confianza como comunidad familiar.

Agradezco la gran aportación del Método  “CAMINO A CASA, VOLVER AL CORAZÓN EN FAMILIA”, al Centro de Investigación y Acción  Social Jesuitas por la Paz y a su Director, Jorge Atilano González Candia S.J.

Si estás interesado por este método lo podrás descargan en la siguiente dirección. ¡Es Libre!

https://www.ciasporlapaz.com/apoyo-emocional/

Aportación de Hugo Camacho Galván

Coordinador de TELAR AC, para la Reconstrucción del Tejido Social.